Dream a little dream of me



Bailaban. Él sostenía su mano, y rodeaba su cintura con su brazo mientras se movían con la cadencia de la música. Ella llevaba un vestido, que a pesar de haber perdido la intensidad en el color, era hermoso. La pedrería que pendía de la gasa blanca de la falda brillaba con cada uno de sus movimientos, como hiciera en otros tiempos. Su melena castaña se desparramaba por sus hombros. 

Oh, Eddy...-le decía ella, sonriente, radiante-Estás tan elegante con ese traje.

Él le devolvió la sonrisa, con la mirada llena de melancolía-Tú estás radiante, mi querida Emma-y acercó su rostro al de ella, y se permitió sentir la suavidad de su piel, rozando su mejilla áspera contra su pómulo de melocotón. 

Ya verás cuando le cuente a mi madre que me has pedido que me case contigo... -el rubor acudió a su rostro, haciéndola aún más hermosa-Va a ponerse tan contenta-suspiró, apoyando la cabeza sobre su pecho, sobre el pecho de Eddy, su hombre, su amor, que había vuelto a casa-Seremos tan felices, Ed... Estoy segura. Tendremos muchos hijos, y una casa con un comedor grande, para que podamos sentarnos todos juntos

Tendrás todo lo que haga falta para que seas feliz-dijo, mientras acariciaba sus cabellos-Tendremos hijos, y ese comedor, y una gran chimenea para guarecernos en invierno.

Emma lo miró, embelesada-Te quiero, Eddy-se le abrazó, y él la rodeó con sus brazos, sintiendo su cuerpo tierno contra su pecho, su calor, los latidos desbocados de su corazón. 

Tomó su barbilla con delicadeza, haciendo que levantase la mirada. Sus profundos ojos verdes, carentes del brillo de la vitalidad, se cruzaron con los pozos castaños de anhelo y amor que adornaban su expresión primorosa. Estaba tan hermosa...-Emma...-susurró, mientras su rostro descendía. Posó sobre su boca un beso tierno, amable, y descendió, acariciando su piel con los labios, inhalando su olor, disfrutando de la calidez de su cuello. Lo recorrió, beso a beso, hasta que no pudo aguantarlo más y se dejó llevar.

¡Eddy!-gimió ella, lastimera, mientras se apretaba contra su cuerpo. Su sangre era aún más cálida que su piel, sabía a mujer anhelante, a felicidad y a deseo. La estrechó entre sus brazos, suspirando mientras degustaba su esencia. El tiempo dejaba de tener sentido, y los segundos se diluían en aquel instante. Y cuando recuperó la noción de si mismo y de lo que le rodeaba, Emma temblaba indefensa, recorrida por la poderosa sensación de su Beso, y él, al fin, estaba saciado.

Lamió con delicadeza, limpiando su piel y sanando la herida. La sostuvo con firmeza, y la llevó lentamente hacia el viejo sillón que presidía la habitación. La acostó, y se dio cuenta de que ella aún sonreía, en la neblina entre la consciencia y la negrura. 

Se agachó a su lado, tomando una de sus delicadas manos entre las suyas-Emma-volvía a susurrar su nombre, ejerciendo su poderoso influjo mientras acariciaba sus pequeños dedos-Cuando despiertes, volverás a casa, y actuarás como cualquier otro día de tu vida. Esta noche ha sido como cualquier otra, has trabajado hasta tarde, y has acompañado a un cliente hasta este piso. No sabrías describirle, era un hombre como cualquier otro y estabas deseando quitártelo de encima-se obligó a suspirar antes de continuar-Eddy no te abandonó Emma, él quería casarse contigo, pero tuvo que irse lejos-ella asintió, con los ojos anegados en lágrimas, fijos en los de Eddy... Eddy, que la quería de verdad, que no la había abandonado, tuvo que irse, tuvo que dejarla sola por culpa del accidente en la fábrica, pero no la engañó-Duerme, Emma-dijo, con voz suave y dulce.

Emma cerró los ojos, mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas. Él besó su frente, y la tapó con la vieja colcha que colgaba del respaldo del sillón. 

Sacó su cartera, y depositó con cuidado unas cuantas libras entre los dedos de la mujer. Recogió su chaqueta, procurando guardar silencio para no despertarla. La miró desde la puerta, esperando que ahora sus recuerdos la hicieran feliz dentro de su tragedia diaria.  Abrió, procurando que no sonaran las bisagras. El crujido fue leve al menos. Dio una última mirada hacia atrás, y cerró despacio.



2 Response to Dream a little dream of me

  1. Marta says:

    ¡aish! Una historia agridulce. La BSO clavada para sumergirse con la imaginación en el relato :)

  2. BlackZack says:

    Qué precioso.

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