The rain song





Flotaba, sobre la densa orilla oscura de la nocturna bajamar. 

A su alrededor, sólo agua, sólo sal. Sólo el murmullo de la brisa incesante y cálida de un verano cuasi tropical. La playa estaba desierta y descansaba al fin, resguardada toda ella de la afluencia estival, y las farolas del paseo marítino, junto con las luces brillantes de los restaurantes y los hoteles, le daban al cielo un aspecto rojizo, denso y misterioso, y se alargaban en confusos reflejos sobre las mareas, deformándose caprichosamente. 

Ella entreabrió los labios, y símplemente se dejó mecer por la corriente que la acunaba, mientras miraba hacia lo alto, alejada del bullicio urbano, envuelta en aquella calidez salada que acariciaba su piel sin descanso. 

Extendió los brazos, y de nuevo, la brisa, se deslizó sobre su carne, erizándola, rozando ahora sus pechos desnudos, que saludaban al firmamento con descaro y atrevimiento. 

Se preguntó si alguien estaría reparando en ella en aquel instante conciso y perfecto en el que era capaz de sentirse pequeña, diminuta, de una forma paradójicamente grandiosa. Y no tardó en decirse a si misma que aquello, al fin y al cabo no importaba, pues en aquel momento, en aquel preciso momento, tenía el universo bajo su cuerpo y ante sus ojos, ¿y qué otra cosa podía ser más relevante que la inmensidad en la que la hacía precipitarse aquella certeza?

Inclinó el rostro hacia atrás, y se dejó hundir por el movimiento del suave oleaje, antes de, finalmente, posar los pies sobre el fondo movedizo de arena fina y mojada. Miró hacia la negrura del horizonte, dando la espalda a las estridentes edificaciones de la ciudad que brotaba tras de sí, como una mala hierba, sin orden ni propósito.

Y de nuevo fue una con el Todo, diminuta e insignificante. Sobrecogedoramente insignificante ante la cuantía de lo que su mirada no era capaz de abarcar. Maravillosamente pequeña.

Entonces, como si fuera consciente de su sobrecogimiento, el cielo plomizo se abrió dejando entrever sus secretos, y éstos trajeron consigo una intensa lluvia tibia.